REVISTA IMPULSO | TEMAS DE LA TIERRA | NÚM. 02
CARTA DEL PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN
La entrega número 2 de la revista Temas de la Tierra ha vivido momentos azarosos, chuscos, inquietantes: desde el cambio de título por motivos burocráticos que debido a su naturaleza absurda, no vale la pena mencionar; hasta lo difícil, imposible, quimérico, de poder reunir una monografía que, por lo novedoso y a la vanguardia del tema, el reparto energético, es un concepto poco explorado, que aparece oculto, velado, a los ojos del investigador académico.
Este número ha sido armado a partir de las piezas de un laberinto en el que colinda, en sus caprichosos bordes y curvaturas, el atisbo de algo más ambicioso y poco explorado: el reparto energético.
A partir de eso, les presentamos un caleidoscopio temático, en el que cohabitan temas diversos y, en apariencia, disímbolos, pero que observados a través de la lámpara de “inagotable aceite” llamada ciencia: la basura, los desechos, vistos como fuente alternativa de energía; las semillas vinculadas fuertemente a nuestra cultura; una segunda parte del estudio de la piña como parte de nuestros cultivos ancestrales; un audaz trabajo acerca de oportunidades de ahorro para las instituciones educativas, un verdadero concierto académico para diez manos; la segunda parte de un estudio del icónico parque Los Colomos, en Guadalajara, Jalisco; y un trabajo de abordaje de un tema actual y preocupante: el patrimonio verde, censo arbóreo muy necesario en nuestros días. Cerramos con un par de reseñas bibliográficas.
Desde aquí lamentamos el deceso del que fuera una pieza clave en la creación de este ambicioso proyecto editorial, Pedro Pablo Quintero Badillo, su primer director. Pedro Pablo partió de este mundo con la determinación similar a la que enfrentaba sus problemas, y por encima del dulce-amargo sabor de su personalidad, cargaba siempre una curiosidad insaciable, buscadora de conocimiento para luego ser compartido. Siempre generoso, nunca fue carcelero de su sapiencia. Pedro fue poseedor de la auténtica felicidad, que gozaba constantemente de acariciar la vida, más nunca de sujetarla.
Descanse en paz.
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