El Amazonas y el Agua
La destrucción de la selva amazónica sería de consecuencias funestas para el planeta. La estimación de pérdidas por los incendios forestales que azotan amplias zonas de la Amazonía brasileña y de Bolivia quitan el aliento. El fuego afecta a 40.000 especies de animales y plantas, 350 comunidades indígenas, 2.500 variedades de peces. También rompe el ciclo natural del agua y las precipitaciones y amenaza con sequías en los ríos de la cuenca amazónica y la cuenca del Plata.
Lo que sucede en Brasil nos está pasando a todos. Ya afecta también a Bolivia, a Perú y a Paraguay. También al Chaco americano. Porque los incendios afectan a la foresta que tiene la función de la regulación del ciclo que tiene que ver con la dependencia que tenemos todas las especies vivas: el oxígeno y del agua.
El vapor de agua que evapora el monte amazónico es exportado hacia la cordillera de los Andes y vuelve a bajar por el pie del monte hasta el Río de la Plata. Los glaciares en general y los ecosistemas de páramo se nutren de esas aguas amazónicas y ya están desapareciendo debido al calentamiento de la atmósfera; si se le quita otra fuente de humedad se acelera el descongelamiento y se altera el ciclo de agua completamente. Ciudades grandes como San Pablo, Buenos Aires y Bogotá y, en general, la población va a sufrir la escasez de agua además de la implicación que tiene en la disminución del caudal de los ríos.