Envenena al río, y él te envenenará a ti
En los ríos mexicanos se puede encontrar mercurio, plomo, cadmio, níquel, cromo, arsénico, cianuro o tolueno, entre otras sustancias químicas tóxicas. Según la propia Conagua, el 70 por ciento de los recursos de agua dulce en México están afectados por la contaminación y el 31 por ciento se describe como extremadamente contaminado. Las descargas constantes y “permitidas” son las principales fuentes de polución. En el país, más de 13 mil millones de metros cúbicos de aguas residuales se vierten anualmente sobre los cuerpos de agua dulce. Las emergencias ambientales también contribuyen a la intoxicación de los ríos. De 2010 a la fecha, la Profepa ha tenido conocimiento de 2 mil 507 percances ambientales, incluido el derrame de Grupo México en los ríos Sonora y Bacanuchi. Sin regulación ni monitoreo y con normatividades laxas, los ríos mexicanos se han convertido en peligrosos afluentes tóxicos. El 70 por ciento de los recursos de agua dulce en México están afectados por la contaminación, con un 31 por ciento descrito como extremadamente contaminado, revela información de la propia Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Las principales fuentes de contaminación son las aguas residuales municipales (las que son manejadas en los sistemas urbanos y rurales de alcantarillado), y las aguas residuales que son descargadas directamente a los cuerpos de agua provenientes de las actividades productivas, principalmente de la industria y la minería.
Actualmente se descarga a los ríos un volumen de 7 mil 663 millones 248 mil metros cúbicos de aguas residuales municipales por año, y alrededor de 5 mil 950 millones 843 mil 200 metros cúbicos por año de industriales, un total de 13 mil 614 millones 91 mil 200 metros cúbicos anualmente, de las cuales reciben tratamiento sólo un 40.5 por ciento de las primeras y menos del 16 por ciento de las segundas, asegura, por su parte, Greenpeace México.